Es cruda la vida. Gracia de tripa y metal.
En ella caigo: piedra mórula herida.
Es cruda y dura la vida. Como un pedazo de víbora.
Cómola en la lividez de la lengua
Teñida, lávote los antebrazos, Vida, lávome
En lo estrecho-poco
De mi cuerpo, lavo las vigas de los huesos, mi vida
Tu uña plúmbea, mi atuendo rosso.
Y deambulamos trágicas por la avenida
Coloradas, góticas, altas de cuerpo y de copas.
La vida es cruda. Hambrienta como el pico de los cuervos.
Y puede ser tan generosa y mítica: arroyo, lágrima
Ojo de agua, bebida. La vida es líquida.
(Hilda Hilst, de Alcoólicas, traslape inédito de C. A.)
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