lunes, 6 de julio de 2009

Chongo Mensù

Morder ese ìlex ir mordiendo la escalera dorsal
Traspasar tu cabellera ciega
Tus muslos dejar atràs desprovistos talvez
Ya de temblor después de haber socavado tus tobillos
apenumbrando con mi lengua
el inicio fiel de una distancia contagiosa
desunciendo con mis hachas manos
tus recovecos fetales
los futuros vestigios de nuestro deseo
hasta el cuello pàlido de luna
que no es tuyo que es del gemido
un puente de venas al rojo alambre
hasta tu boca asediada por el oxigeno
y su beso asmàtico desde donde caer otra vez
en la escafandra en la manada de bisontes espasmos
por las dunas de tus diez mil senos
obnubilar tu ombligo el arrugado instante
todo es como si tuviera la llave ùnica para abrirte
y presagiar una lluvia zarpando inmemorial
sobre bosques dormidos
por donde una espuma silenciosa me rondase
con todos los dientes con todos los dedos
con todo el olvido de que es capaz el veneno.

Edgar Pou, del Poemario inflable "¿Qué es lo que le falta a tu pecho para devorarme?" (inédito)

2 comentarios:

Horacio Gris dijo...

Exactamente esto es un buen poema. No otra cosa, esto.

saludos

Ana Sal dijo...

qué lindo