DIRCEU MARIPOSA Y LAS VANESSAS
cuerpos que tiemblan
en la frágil telaraña de la mirada
cuerpos que vacilan, sucumben en un mareo,
se contraen ante el vértigo
que cavan las moléculas en la inercia
de los instantes
cuerpos de fácil apetito girando
en las volutas pesadas y pegajosas del deseo
navegando el eterno naufragio del tiempo
cuerpo: río que no se cansa de fluir
pedazo de mar infinito que salpica
y azota los sentidos
demonio que asalta el espacio
espejo que disloca los planos
buitre infernal que socava y sorbe
la médula de la luz
huracán que quiere lavar el mundo
rueda elemental donde tamborilea
el azar de los ojos
locura, locura, locura…
los cuerpos que nos rodean
que están en todas partes,
que simulan no vernos, que no olvidan
su poder, que se pliegan y despliegan,
los cuerpos que nunca terminan de matarnos
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