Los espíritus auxiliares en poesía
a prosópito de Araki Yasusada et al.
a prosópito de Araki Yasusada et al.
al Kuru que me preguntó si Yasusada era de verdad or not
1. Que el chamanismo más antiguo y la poesía más reciente se encuentren — ¿es posible? Como la escritura, las prácticas chamánicas, en toda su diversidad, extendidas inmemorialmente por buena parte de Asia y por toda la América de antes de América (de antes de la invención europea del Nuevo Mundo) y de después, habrán tenido como ingrediente irreductible una in/cierta relación con la muerte, con la muerte en la vida y, más específicamente, relación y correlato con seres ni enteramente vivos ni enteramente muertos, llamados a menudo (traducidos desde muy variadas lenguas como) “espíritus”. Los testimonios abundan. Nomás un botón, de muestra: El poder de los payé (chamanes tupí-guaraní) provenía de las relaciones con los espíritus [...]. Su poder dependía la mayor parte de las veces del auxilio prestado por los espíritus [...] Otros muchos ejemplos pueden ser citados en cuanto a que casi todos los actos de los payé dependían del espíritu sobre el cuál ejercía él mismo su autoridad (A. Métraux, La religión de los Tupinambás, cap. VII, 1950, trad. mía).
Con todo, los espíritus con los que (se) relaciona o relata el chamán (que en algunos casos puede ser una mujer, tal el caso de las machis mapuches) no fueran meros espíritus en el sentido predominantemente occidental del término, esto es, no fueran meras almas incorpóreas, meras idealidades o significados puros (inmateriales), pues hasta cierto punto fueran virtualmente corpóreos, dejándose ver y/o entrever a ratos y así, mostrándose, se sustraen sin embargo a una aprehensión sin más. El chamán convoca a los espíritus, muchas veces por el canto (los encanta) y el humo del tabaco, ya para oír lo inaudito, para saber, de un saber improbable empero (testimonio performativo antes que objetivación o aseguramiento calculable de “lo real”), lo que se requiere en la ocasión, ya como aliados para una aventura singular, para un cierto poieô o hacer (de ahí el nombre de “hechicería” que habrá recibido a menudo el chamanismo), curar y/o matar, hacer el bien y/o el mal. La ambivalencia, la oscilación de sentido es aquí constante, congenital: aliado o auxiliar, un espíritu virtualmente puede volverse, y a veces en el momento más inesperado, un adversario temible. Como la droga, y como la escritura por demás, indecidiblemente, los espíritus curan y/o enferman, abren y/o cierran, vivifican y/o matan — de lejos o a corta distancia. Enemigos fieles los habrá llamado recientemente un brasílico antropólogo familiarmente depredatorio. De los espíritus y de sus primos, los espectros (con que a veces se confunden), oímos discurrir, política, acaloradamente, no poco hoy por hoy.
2. Como Alberto Caeiro y Alvaro de Campos (entre otros heterónimos de Fernando Pessoa), pero diferentemente, Araki Yasusada, el autor de Doubled Flowering (From the Notes of Araki Yasusada, editado y traducido por Tosa Motokiyu, Ojiu Norinaga y Okura Kyojin; Roof Books, Nueva York, 1997) habráse dado, en términos chamánicos, tal espíritu auxiliar, tal alien aliado a un chamán-escritor contemporáneo, redoblado en su auxilio por sus propios editores y traductores (también “espíritus”). ¿Ficción literaria, autoría ficticia, como habrá postulado tempranamente un lector sagaz (Eliot Weinberger) y habrá concordado otro (Kent Johnson) o aun hiper-autor (Mikhail Epstein)? Sí y no. Sí, en tanto Araki Yasusada en cuanto ciudadano (japonés) jamás habrá existido como tal. Y no, en cuanto la repartición asegurada entre verdad y ficción, realidad y no-realidad de un nombre, de un trazo-en/de-un-poema, fuera aquello mismo que la escritura poética (como la práctica chamánica), a diferencia de la literatura en su sentido tradicional, habrá venido a interrumpir y a dejar en vilo desde ya. La pregunta por la identidad, que aún obsesiona a no pocos, por la identificación de quién o quiénes escribieran factualmente Doubled Flowering no deja de tener su indudable interés socio-literario, mas, poética como chamánicamente fuera, hasta cierto punto, irrelevante (y el punto del “hasta cierto punto” sólo puede decidirse a partir del poema, de su lectura como lectoescritura originaria, o, mejor, transoriginal).
3. Chámanicamente hablando, ¿a qué es convocado Araki Yasusada? ¿En qué consiste su intervención en tanto espíritu auxiliar? ¿Cuál fuera el punto en juego, el pro-blema (aquello arrojado por delante) que su escritura, respondiendo hasta cierto punto, enfrenta? Más de uno, de cierto. El estatus del testimonio en poesía. La compulsión identificatoria en el mundanal globalizado de la técnica. La traducción originaria (sin saberlo: el traslucine). Pero. Para subrayar nomás ahora un punto, disyunto: la culpa. La culpa que corroe e irresponsabiliza al Far West (la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki como el vaquero Bush en Irak) y, a fin de cuentas, a eso que aún llámase Civilización Occidental Cristiana o, a secas, Occidente. La culpa que habrá operado no poco en los editores de importantes revistas literarias norteamericanas que, a comienzas de los ’90, se apresuraran en publicar entusiastas y admirativos la escritura fascinante de una supuesta víctima (presencial) de Hiroshima, pero que al cabo renegaran al enterarse de su carácter protético, de espíritu auxiliar. La respuesta de Yasusada, su ética no normativa, su decisión y responsabilidad ante la culpa, de veras infinita, incalculable, la impagable deuda del Far West: Doubled Flowering. Pues una cosa es la culpa (occidental, judeocristiana, etc.), otra la responsabilidad (en el entre del envío, ya no sin más localizable).
Responsabilidad hasta un in/cierto punto, decía, pues no hay respuesta ni decisión alguna en algo así como una respuesta absoluta (sentido pleno e indemne, si tal hubiera), ni destinatario si tal habrá estado enteramente predeterminado (ante/a quién enviar) ni en nombre de qué y/o quién si tal viene asegurado en total. El poema está en camino, leemos: envío expuesto a la convergencia — al encuentro. Con alter. Con cualquier alter. Espíritu (también) tal vez. ¿Otra vez? Malgré Yasusada lui même (valga la redundancia: no insista, carajo), bien entendu:
Onde estamos this is curious. Onde estamos un sueño de transparent letters bloquea o corazón desde isso que non es/tá. Pois aunque this is precisamente onde estamos non hemos de encontrar-nos. (Doubled Flowering, p. 80, traslucine mío).
Onde estamos this is curious. Onde estamos un sueño de transparent letters bloquea o corazón desde isso que non es/tá. Pois aunque this is precisamente onde estamos non hemos de encontrar-nos. (Doubled Flowering, p. 80, traslucine mío).
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